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Espanol Discussion / Palo Canario
« on: December 28, 2005, 05:17:47 AM »
Hola! En primer lugar les deseo a todos felicidades y los mejores deseos para el a?o 2006.
Quisiera contestar a la cuesti?n que plantea Alfonso Acosta. Con respecto al juego del palo es muy dif?cil llegar a una conclusi?n que satisfaga a todos ya que se trata de una actividad humana de gran complejidad, tanto en su pr?ctica como en todas las circunstancias que lo rodean. Por supuesto que, como tal actividad, se encuentra sujeta a un fen?meno de cambio constante y adaptaci?n a las nuevas circunstancias. En este sentido est? muy claro que las actividades que no tienen este componente de complejidad, acciones m?s sencillas, son mucho m?s estables en el tiempo.
El t?rmino m?s pol?mico en todo esto tal vez sea el de Maestro, el de saber qui?n es maestro. Es todas las esgrimas del mundo se ha presentado este problema por lo que no es extra?o que se plantee tambi?n en el caso de las esgrima de bast?n de las Islas Canarias. Antiguamente exist?a en el archipi?lago una forma de control natural sobre este tema y eran los desaf?os que provocaban que nadie que no tuviera realmente un control excepcional del juego manifestara p?blicamente incluso su pr?ctica, ya que se expon?a a consecuencias que pod?an llegar a ser bastante graves. Evidentemente esto actualmente est? fuera de lugar por lo que habr? que buscar otro m?todo y yo apelar?a para ello a los cuatro siglos de historia com?n que hemos tenido Espa?a, las Islas Canarias y las Islas Filipinas.
Se trata de un arte que se aprende de un maestro a un disc?pulo (que es lo que da la tradici?n - en lat?n traditio, entrega-), que va adquiriendo nivel a medida que progresa en su pr?ctica. En este sentido se asemeja mucho a la forma de entender el aprendizaje de los oficios en las estructuras gremiales propias de la Edad Media y Moderna en Europa y, por supuesto, en Espa?a. En ellas el grado de maestro se adquir?a tras haber adquirido un conocimiento muy profundo del arte de su maestro, cuando su maestro lo consideraba oportuno lo somet?a al examen del gremio ante el que el disc?pulo ten?a que presentar su obra maestra.
Evidentemente la etimolog?a del t?rmino nos lleva a ese momento de la historia. El maestro de juego del palo por supuesto pone algo de s? mismo en su juego, no es s?lo lo que ha aprendido de su maestro, sin embargo tambi?n es claro que existe un l?mite y es el respeto a la esencia del juego, es decir, a aquellas caracter?sticas que lo hacen reconocible. Desde luego si en pocos a?os un estilo sufre un cambio tan tremendo que a cualquiera le cueste reconocerlo es un s?ntoma de que, por lo menos, algo raro est? pasando.
Por tanto, desde mi punto de vista, para que alguien pueda llamarse maestro de una escuela tradicional tiene que tener, en primer lugar, un conocimiento profund?simo de las ense?anzas de su maestro. A partir de ah? es claro que puede incorporar las nociones que estime oportunas. Si alguien opta por introducir modificaciones muy profundas en el estilo aprendido de su escuela tal vez deber?a plantearse el fundar una nueva escuela en lugar de adscribirse, sin m?s, a una preexistente. Este es un an?lisis, sin embargo, que habr? que hacer caso por caso, persona por persona, y no voy a realizarlo yo aqu?, desde luego. Otra cosa es considerar que un estilo ha de permanecer constante y sin cambios para siempre, eso no es que sea equivocado, es que es imposible, pero si un maestro decide no aportar nada al juego que ha aprendido, tambi?n es leg?timo.
En Canarias el tema es muy delicado porque, a pesar de que los estilos que se ense?an actualmente son verdaderos sistemas, es decir, funcionan por s? solos, sin la necesidad de incorporar otras t?cnicas (aunque esto sea posible) siempre existe la tentaci?n por parte de las personas que se acercan a el juego de mezclar lo aprendido con nociones de t?cnicas orientales y de otros lados, con la idea de convertirse en maestros en poco tiempo (ya Alfonso habr? tenido conocimiento del tema con los se?ores del famoso tolete ? que sorprendentemente llegaron a maestros en el tiempo r?cord de 3 a?os de pr?ctica, cuando en un estilo tradicional esta condici?n se alcanza tras much?simos a?os-), por lo que ahora mismo se suele mirar con lupa cualquier intento de cambio. Mi opini?n sobre esto es muy clara, yo no veo mal que alguien quiera innovar o mezclar t?cnicas de un lado y otro siempre que sea consecuente, es decir, que diga que tal concepto est? incorporado de sus conocimientos de k?rate, aikido o de lo que quiera que haya aprendido. El problema es que, para justificar lo que hacen se ha llegado al extremo de descalificar a los maestros de toda la vida, atribuy?ndose una supuesta tradici?n prehisp?nica lo que es falso.
Por ?ltimo quiero subrayar que se trata de unos sistemas muy complejos, que necesitan muchos a?os de aprendizaje para llegar a entenderlos.
Quisiera contestar a la cuesti?n que plantea Alfonso Acosta. Con respecto al juego del palo es muy dif?cil llegar a una conclusi?n que satisfaga a todos ya que se trata de una actividad humana de gran complejidad, tanto en su pr?ctica como en todas las circunstancias que lo rodean. Por supuesto que, como tal actividad, se encuentra sujeta a un fen?meno de cambio constante y adaptaci?n a las nuevas circunstancias. En este sentido est? muy claro que las actividades que no tienen este componente de complejidad, acciones m?s sencillas, son mucho m?s estables en el tiempo.
El t?rmino m?s pol?mico en todo esto tal vez sea el de Maestro, el de saber qui?n es maestro. Es todas las esgrimas del mundo se ha presentado este problema por lo que no es extra?o que se plantee tambi?n en el caso de las esgrima de bast?n de las Islas Canarias. Antiguamente exist?a en el archipi?lago una forma de control natural sobre este tema y eran los desaf?os que provocaban que nadie que no tuviera realmente un control excepcional del juego manifestara p?blicamente incluso su pr?ctica, ya que se expon?a a consecuencias que pod?an llegar a ser bastante graves. Evidentemente esto actualmente est? fuera de lugar por lo que habr? que buscar otro m?todo y yo apelar?a para ello a los cuatro siglos de historia com?n que hemos tenido Espa?a, las Islas Canarias y las Islas Filipinas.
Se trata de un arte que se aprende de un maestro a un disc?pulo (que es lo que da la tradici?n - en lat?n traditio, entrega-), que va adquiriendo nivel a medida que progresa en su pr?ctica. En este sentido se asemeja mucho a la forma de entender el aprendizaje de los oficios en las estructuras gremiales propias de la Edad Media y Moderna en Europa y, por supuesto, en Espa?a. En ellas el grado de maestro se adquir?a tras haber adquirido un conocimiento muy profundo del arte de su maestro, cuando su maestro lo consideraba oportuno lo somet?a al examen del gremio ante el que el disc?pulo ten?a que presentar su obra maestra.
Evidentemente la etimolog?a del t?rmino nos lleva a ese momento de la historia. El maestro de juego del palo por supuesto pone algo de s? mismo en su juego, no es s?lo lo que ha aprendido de su maestro, sin embargo tambi?n es claro que existe un l?mite y es el respeto a la esencia del juego, es decir, a aquellas caracter?sticas que lo hacen reconocible. Desde luego si en pocos a?os un estilo sufre un cambio tan tremendo que a cualquiera le cueste reconocerlo es un s?ntoma de que, por lo menos, algo raro est? pasando.
Por tanto, desde mi punto de vista, para que alguien pueda llamarse maestro de una escuela tradicional tiene que tener, en primer lugar, un conocimiento profund?simo de las ense?anzas de su maestro. A partir de ah? es claro que puede incorporar las nociones que estime oportunas. Si alguien opta por introducir modificaciones muy profundas en el estilo aprendido de su escuela tal vez deber?a plantearse el fundar una nueva escuela en lugar de adscribirse, sin m?s, a una preexistente. Este es un an?lisis, sin embargo, que habr? que hacer caso por caso, persona por persona, y no voy a realizarlo yo aqu?, desde luego. Otra cosa es considerar que un estilo ha de permanecer constante y sin cambios para siempre, eso no es que sea equivocado, es que es imposible, pero si un maestro decide no aportar nada al juego que ha aprendido, tambi?n es leg?timo.
En Canarias el tema es muy delicado porque, a pesar de que los estilos que se ense?an actualmente son verdaderos sistemas, es decir, funcionan por s? solos, sin la necesidad de incorporar otras t?cnicas (aunque esto sea posible) siempre existe la tentaci?n por parte de las personas que se acercan a el juego de mezclar lo aprendido con nociones de t?cnicas orientales y de otros lados, con la idea de convertirse en maestros en poco tiempo (ya Alfonso habr? tenido conocimiento del tema con los se?ores del famoso tolete ? que sorprendentemente llegaron a maestros en el tiempo r?cord de 3 a?os de pr?ctica, cuando en un estilo tradicional esta condici?n se alcanza tras much?simos a?os-), por lo que ahora mismo se suele mirar con lupa cualquier intento de cambio. Mi opini?n sobre esto es muy clara, yo no veo mal que alguien quiera innovar o mezclar t?cnicas de un lado y otro siempre que sea consecuente, es decir, que diga que tal concepto est? incorporado de sus conocimientos de k?rate, aikido o de lo que quiera que haya aprendido. El problema es que, para justificar lo que hacen se ha llegado al extremo de descalificar a los maestros de toda la vida, atribuy?ndose una supuesta tradici?n prehisp?nica lo que es falso.
Por ?ltimo quiero subrayar que se trata de unos sistemas muy complejos, que necesitan muchos a?os de aprendizaje para llegar a entenderlos.