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Cecilio Andrade

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Force on Force, solo una forma de entrenar.
« on: September 15, 2016, 06:18:14 PM »
Force on Force, solo una forma de entrenar.

Por Cecilio Andrade.

Hoy escribo gracias a una “joyita” que he recibido vía Facebook a consecuencia de uno de mis últimos artículos, recortaré un poquito el texto intentando dejar el meollo del asunto.
“(…) Todos los bailecitos, movimientos, giros, y demás malabarismos que se pretendan enseñar no sirven una m(…). Lo único que importa es darle primero, rápido y con precisión. Lo único que un tirador debe aprender es a disparar con precisión, y para eso lo único que vale es disparar y disparar. (…) Entrenamiento en seco, en vacío, force on force, y todas esa chorradas solo sirven para que personajillos, con ansias de protagonismo como instructores, cobren por nada. (…) ¿De que sirven todas esas tonterías si no son capaces de darle al enemigo? (…) Un instructor debe enseñar a disparar y a acertar, punto. Lo demás es engañar (…)”.
Con toda seguridad no es nada nuevo para la mayoría, este comentario y otros varios son de uso cotidiano en muchas barras de bar. La mayoría son realizadas por pesonas como el emisor de este comentario, gran tirador deportivo (pese a que no le he visto ganar ningún campeonato relevante), camisetas de “mega-SEAL”, chaquetas estilo 5.11, Blackhawk o similar, llenas, eso si, de parches con velcro de toda índole…. Etc.
¿Les suena? Seguro que si.
Para que nadie se ofenda más de la cuenta informo que tengo, y uso, chaquetas de esas marcas, así como un arcón lleno de parches esperando disponga del tiempo necesario para ponerlos en un gran cuadro. Por si acaso solvento esa duda.



Parafraseando al carnicero de mi barrio, vayamos por partes.
Lo cierto es que en verdad debemos entrenar y enseñar para acertar, esa es una verdad indiscutible, y le doy toda la razón. Ahora bien, su cadena de razonamientos basada en: qué, porqué, cómo, cuándo y dónde, no coincide exáctamente con la mía .
Impactar el primero a costa de permitir que él/los agresor o agresores impacten en nosotros implica un empate a todos los efectos. Y ahí  viene mi pregunta ¿buscamos un empate cuando el único premio es la supervivencia propia? Piénsenlo, pero con calma.


Malos versus nosotros, no hay empates.
La experiencia demuestra que los malos tienen los mismos efectos fisiológicos que los buenos,  generan el mismo efecto túnel, sufren el mismo ciclo OODA, pero cuentan con una ventaja, ellos son normalmente los primeros en actuar, obligándonos a reaccionar, y por tanto, a ir con retraso. Es ahí, donde la filosofía de acertar a toda costa no me sirve, sobre todo si eso implica inmovilizarme ante un ataque por sorpresa para lograr esa precisión.
Debemos aprovechar, provocar y ampliar esos efectos fisiológicos, el efecto túnel y OODA de los agresores saliendo de la zona de ataque, logrando permanecer indemnes para poder responder. Si a la vez logramos desenfundar, alinear el arma, disparar e impactar con precisión, el efecto resultante es obviamente el mejor. Pero para ello debemos entrenar esa secuencia, ahí entramos en la importancia de esas “chorradas”, como las denomina el amable mensaje que da pie a este trabajo.
Disparando a cartones es obvio que los mejores resultados se logran con depuradas e inmóviles técnicas. Ahora bien, si ese “cartón” tuviera la posibilidad de sorprendernos, moverse y disparar, o atacarnos de alguna forma, ¿sería igual de factible nuestro disparo tan ultrapreciso e inmóvil? Con seguridad, es muy probable que si lo sea, pero a cambio de recibir los impactos del agresor, o, lo más probable, de los agresores, porque no olvidemos que normalmente los problemas, estos sobre todo, no vienen de uno en uno.
Con el cambio de escena anterior ¿seguimos hablando de “chorradas”? ¿O hablamos de formas de entrenar escenarios en las peores condiciones posibles, sin dispararnos unos a otros de verdad? Una vez más analícenlo con calma.
En un enfrentamiento real no hay empates, no se gana por puntos, o se neutraliza la agresión o no se logra, simple y llanamente. En un combate real no hay tiempo para posiciones de tiro perfectas y de manual, raramente se llega a visualizar  de forma consciente las miras, incluso el tan extendido doble tap puede ser contraproducente en muchas situaciones. Entonces ¿nada vale? Todo lo contrario, todo vale, pero en su justa prespectiva, lugar y momento. Todas las técnicas deben estudiarse, practicarse y analizarse. Todas, tras las fases anteriores, deben ponerse en la palestra de demostrar su eficacia en ejercicios que impliquen acción, reacción, prisas, estrés, errores, situaciones extremas, etc.
Obviamente no es buena práctica dispararse con munición real entre compañeros para demostrar quien tiene la razón. Lo que me lleva a preguntar si conocen Ud´s una forma de sincronizar todas las acciones aprendidas, tiro, movilidad, reacción, manipulaciones de las armas, y el largo etcétera que todos saben. Mi experiencia me ha demostrado que con lecciones bien aplicadas y gestionadas de Fuerza contra Fuerza (e.a. FonF) la mayor parte de las cuestiones suelen quedar muy bien definidas. Los cambios de expresión en los alumnos tras los primeros ejercicios suelen ser muy explícitos, del tipo “vaya, nunca pensé en esto”.

FonF, gestión y homogeneización.
Los entrenamientos de FonF muestran algo muy simple de la forma más realista posible, a saber, a lo que una persona tendrá que enfrentarse en una lucha real sin estar batallando realmente por su vida. Ni disparándose o apuñalándose de verdad entre compañeros, insisto. El dinamismo que implica este entorno de entrenamiento, seguro y controlado, da a los alumnos las pautas y capacidades para analizar sus acciones en una situación real.
Pero atención, nada, por mucho realismo con el que creamos entrenar, se acerca a la realidad de la lucha por la propia supervivencia. Unicamente podemos acercarnos a generar reacciones lo más próximas posibles, y con ellas analizar, estudiar y gestionar mejoras que podamos repetir de forma consistente una y otra vez en cualquier circunstancia. Ahí está el verdadero secreto del entrenamiento de FonF, análisis, estudio y gestión de nosotros mismos, de nuestras capacidades, reacciones y técnicas, para lograr un conjunto homogéneo de todo ello.
Si se consigue debemos tener una cosa muy clara, eso no nos convertirá en 100% eficaces. La cantidad de imponderables y detalles que intervienen en un combate real por la supervivencia hacen que asegurar ese 100% vital es una utopía. Pero si nos acercará más a la sincronización de esas habilidades y capacidades que nos permitan tener un gran porcentaje a nuestro favor.
FonF no es otro nuevo estilo o escuela de trabajo con armas, ni mucho menos, es un método muy antiguo para aglutinar y analizar, ni más ni menos. Nos da un laboratorio donde recopilar información para luego estudiar y razonar. Nos permite crear experimentos que consientan sacar lecciones y conclusiones para generar a su vez nuevos experimentos y ejercicios, que a su vez darán más lecciones y conclusiones, y seguirán el círculo.
Es una rueda de nunca acabar, he ahí el verdadero punto fuerte de este método de entrenamiento, que no tiene límites, entornos ni contextos específicos de aplicación. Sin él tendremos algo así como una magnífica silla con las patas a diferente altura, aparentemente funciona, y ahí está, pero ni es cómoda, ni es eficaz, a veces ni siquiera será útil, pero lo peor es que en muchos casos puede ser esa silla desequilibrada la que nos haga caer.
Insisto, no me hagan caso, solo indaguen, estudien, profundicen, piensen, investiguen y analicen, esa es lo único que quisiera transmitirles con mis palabras.

¿Por y para qué? Mejor en la zona de confort.
Imaginen una clase de tiro, el instructor es un gran experto, reconocido y, sobre todo, multi-acreditado. La ropa y gestos del instructor transmiten profesionalidad, el ambiente es del tipo cómodo de un aula moderna. Cada alumno intenta recrear el estilo y gestos del instructor. Se habla de balística,  temperaturas, empuñamiento, fundas, estilos, escuelas, se proyectan películas y se analizan técnicas. Luego irán al campo o galería de tiro y realizarán ejercicios más o menos perfectos. Tras lo cual se les dará un diploma acreditativo como tiradores expertos o incluso como instructores.
Obviamente estos “expertos nóveles” (¿será esto un oximoron?) debatirán sobre técnicas, calibres, equipo, procedimientos, y mil cosas más que han acumulado con sus diplomas y certificados. Obviamente todo esto sobre la zona de confort de los ejercicios más que conocidos y más que repetidos, sin salirse jamás del guión y esquema perfectamente controlado.
“Ok, Cecilio, ¿a dónde quieres llegar con todo esto?”
Perdón por tanta retórica y vueltas.
El problema surge cuando alguien les comenta sobre poner esas técnicas esmeradas y estructuradas en el caos de un ejercicio donde nada sale como se describe en tantos manuales. “Ese entrenamiento, ¿cómo se llama? ¿Force on Force? Otro invento”. El ego sale dañado, no damos la imagen perfecta e invencible que vendemos, es un riesgo, un simple juego, no se consigue precisión.
¿Para que esos jueguitos? Si basta con analizar tiroteos y decir como lo hubieramos resuelto nosotros en base a tantas datos duramente... memorizados. Para que sudar y arriesgarse a fallar.
Mala suerte, la vida real es muy … ¿incómoda? Personalmente prefiero decir neutral, no apoya a nadie. Vence y sobrevive el más diestro, el más ápto, el mejor adaptado. ¿Les suena un tal Darwin? Y para ello debemos generar procedimientos que busquen analizar la realidad neutral desde situaciones que se acerquen mental, física y emocionalmente a esa realidad tan incómoda.
Por suerte la situación que les voy a desvelar ahora se esta reduciendo, la actual globalización informativa nos permite saber todo de todos en un par de pulsaciones de teclado. Muchos instructores nunca se enfrentaron a nada más peligroso que un saco de box o un cartón en el campo de tiro. Y como decía el gran maestro Bruce Lee, “los sacos no devuelven los golpes”, los cartones de tiro, hasta donde se, tampoco devuelven los disparos.
Se debe instruir en base a muchas premisas pero dos son ineludibles, conocimiento y experiencia. Hay más, lo sé, tranquilos, en varios artículos propios y de compañeros los definimos, pero aquí nos interesan estos dos particularmente.

Experto. ¿En que?
Los conocimientos son relativamente fáciles de adquirir hoy en día, unificarlos en un criterio común y eficaz ya es otro cantar. Respecto a la experiencia ahí tenemos un problema, no todos pueden ser Special Forces militares o policiales, ni tener en su haber  tiroteos semanales. ¿Cierto?
La verdad es que no creo necesario ese tipo de curriculum para ser un buen instructor. La experiencia debe ser en el ambito que pretendemos entrenar. Conozco grandes instructores en trabajo policial, en técnicas operativas militares, de escolta, de seguridad privada,  defensa armada de civiles, defensa personal desarmada para policias, para militares o para civiles, etc. Por nombrar unos pocos campos. Experto en dos de esos campos, en tres, si hay varios, y muy buenos, pero ¿expertos en todos ellos simultáneamente?, no se que decirles.
Esa es la primera premisa ¿experto en que campo?.
Segunda cuestión respecto a la experiencia,  ¿se puede adquirir experiencia desde o hacia otros campos? Aprovechando la parte que dominamos si, sin duda, podemos utilizar conocimientos en base a experiencias previas en otros campos, el saber raramente es “monoaplicable” (disculpen el invento de esta palabra) en un solo ámbito. Recuerden que, por ejemplo, “El Arte de la Guerra” de Maquiavelo, Sun Tzu y/o Sun Bin se utiliza hoy en día en medicina, negocios, vida social, etc. Todo es multifacético.
El entrenamiento FonF nos ofrece un laboratorio donde disponer de las herramientas para recopilar datos a analizar, estudiar, contrastar, demostrar y repetir, podemos redirigir conocimientos y experiencias para adaptarlas a las nuevas situaciones y entornos. Así de simple.
Obviamente este entrenamiento no nos convertirá en un “megafashioncoolspecialforces” (vuelvan a disculparme por este “adjetivo” inventado), pero si que nos dará referencias para saber como encauzar nuestro entrenamiento en vías de conseguir encauzar y redirigir  otras habilidades y capacidades tan necesarias.
La vida en general nos ofrece miles de campos y entornos donde podemos sacar lecciones aplicables a otros tantos campos y entornos. El ejemplo más claro es el de la conducción y las situaciones que nos plantea, estrés de todos los tipos, necesidad de reaccionar o de calmarnos, coordinación motora y de enlace ojo-mano-pies, etc.
En todos los cursos en los que participo me encuentro con alumnos o compañeros  de escuelas o estilos muy definidos y marcados, posiciones de pies, uso de miras, forma de colocar los brazos, tipo de funda, lugar donde colocar los “agujeritos”, son algunas de las miles de consignas o leyes que deben regir su actuación. Y son muy buenos dentro de esos parámetros, magistrales en algunos casos.
El problema surge cuando se les modifica algunos, a veces un simple “alguno”, de esos parámetros magistrales. En las clases suelen resistirse con vehemencia, al menos al principio. “Yo lo hago así”, “mi estilo es así”, “lo aprendía así”, así… así… así. Pero si son personas coherentes, la mayoría lo son, esta conducta no dura más allá de un par de ejercicios, como máximo. Y con las situaciones generadas en los entornos FonF a veces con el primer ejercicio basta para ver ceños fruncidos y miradas pensativas.

FonF, DJ de la supervivencia táctica.
FonF es un eficaz equalizador, con el primer ejercicio ya se tambalea mucha fe, inquebrantable hasta ese instante. En ese momento es cuando toca  explicar que sus conceptos no son incorrectos, normalmente, solo son rígidos e inamovibles. Que flexibilizando su actitutd y aptitud en este entorno de riesgo pueden lograr mucho sin cambiar básicamente su forma de trabajar. No se trata de descalificar escuela y/o estilo alguno, solo de colocar cada pieza en el lugar correcto y que estas piezas tengan la suficiente flexibilidad de adaptarse a cualquier entorno, situación y escenario.
FonF no es un estilo, no es una escuela, insisto, repito y reincido en ello. Si lo comparamos con el trabajo de un DJ, uno bueno al menos, esta forma de entrenar y analizar es como el equalizador  de tonos graves y agudos, con el que juega hasta que logra el equilibrio perfecto, ese que nos hace disfrutar de una noche de baile en buena compañía. El equalizador no es un estilo musical, pero permite combinar a Wagner con ACDC de una forma equilibrada y agradable, según las hablidades del DJ obviamente
Un ejercicio con réplicas de airsoft, simplemente, enseña mucho más sobre reacciones propias ante un enfrentamiento que cientos de horas y miles de disparos ante a uno, o varios, cartones indefensos. Lo cual no implica que no debamos tambien hacer esos  cientos de horas y miles de disparos a “cartones indefensos”.

Para terminar, con Albert Einstein.
FonF les cambiará los conceptos inamovibles, creará una vibración que agrietará todo lo estático y paralizado de nociones, conocimientos y percepciones.
Los puntos de vista no cambiarán, se lo garantizo, solo se ampliarán, se abrirán y les dará más profundidad de campo, verán un entorno más lejano y más ámplio.
Albert Eistein nos dejó una frase magistral, “la mente que se abre a una nueva idea, jamás vuelve a su tamaño original”, aplíquenla, verán que en este contexto es tan aplicable como en todos los demás de sus vidas.
Conviertan sus habilidades, capacidades, destrezas, pericias, experiencias, mañas, técnicas, maestrias, artes, hábitos, tácticas, estilos, rutinas, prácticas, métodos, conocimientos, etc, y todos los etcétera que se les ocurra, en un conjunto homogéneo, eficaz y equilibrado que les permita alcanzar ese porcentaje vital para poder regresar a casa con los suyos sea cual sea la realidad a la que se enfrenten.


Cuídense y cuiden de los suyos.
« Last Edit: September 15, 2016, 06:32:19 PM by Cecilio Andrade »
"Ve a decirles a los espartanos,
extranjero que pasas por aqui,
que, obedientes a sus leyes,
aqui yacemos."
                                   Simonides.

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