Author Topic: Force on Force. Teoría o Práctica.  (Read 10696 times)

Cecilio Andrade

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    • Cecilio Andrade
Force on Force. Teoría o Práctica.
« on: February 16, 2010, 10:47:50 AM »
Una discusión que sale a la palestra muy a menudo, sobre todo en ciertos círculos, es sobre si el entrenamiento Force on Force (FoF) es algo más que un juego, si en realidad no es simplemente una forma de divertirse de una forma más o menos “oficial”. Si no deja de ser un simple entretenimiento aceptado de los denominados profesionales armados.

Es cierto que se utilizan armas o municiones simuladas, de airsoft y de pintura, pero el echo de hacer uso de esos, llamémosles así, “juguetes”, no implica que las lecciones, conclusiones, experiencias y lecciones aprendidas sean menos reales si el “juego” se ha hecho con parámetros realistas y coherentes.

Sé que mucha gente opina, y otros muchos desean, que todo se puede aprender con leer, hablar, asistir a conferencias, etc. Que no es necesario sudar durante horas, sufrir humillaciones (para ellos claro) delante de compañeros, perder el tiempo repitiendo innumerables veces movimientos violentos.

Sinceramente, podría decir que ojala fuese así, pero Uds. Saben que mentiría. Nada que implique el arriesgar la vida debe ser fácil y regalado. El gran escritor, desaparecido hace más de dos décadas, Robert A. Heinlein, lo puso en boca de uno de sus mejores personajes, “nada que realmente vale la pena es gratis”. Y les aseguro que mi opinión es esa misma.

Con todo esto no quiero decir que no se necesite estudiar, leer, asistir a conferencias y cursillos, aprender otros temas menos operativos, o divertidos si se prefiere decirlo así. Muy al contrario, se debe realizar todos y cada uno de esos actos, y además, entrenar, repetir, sudar y sufrir.

Como pueden ver, lo único que hago es añadir más trabajo, más esfuerzo, más horas invertidas, al ya de por si reducido bagaje de tiempo de un profesional armado. Un campo no invalida al otro, al contrario, lo complementa, lo apoya y lo respalda. Uno sin el otro solo es una silla sin una pata, puede servirnos como asiento, indudable, pero solo de una forma forzada, artificial e incómoda, cuando no peligrosa.

Hay que tener claros muchos puntos y conceptos para luego poder entrenar de una forma correcta y eficaz, para poder analizar, estudiar, adaptar a nuestras características y circunstancias técnicas y tácticas. Y para ello hay que hacer todo ese trabajo de gabinete y de sofá de lectura. No hay otro camino, la ciencia infusa no existe, por más hábil y coordinado que uno crea ser.

Conozco infinidad de tácticos de barra de bar, que sonríen con sorna ante comentarios o explicaciones que chocan contra sus bien aprendidas, y repetidas verbalmente, lecciones. Suelen dar clases magistrales de bien grabados conceptos, nombres, datos, casos, etc. Todo para demostrar quién tiene la razón. Bien, ese conocimiento es loable.

Eso sí, si es correcto y sobre todo honesto, que por desgracia también existen muchos que doblan los conocimientos a su antojo, unos por desconocimiento real, otros por la antigüedad de su documentación y otros, como digo por desgracia, por simple falta de honestidad y/o personalidad.

Como decía todo ese conocimiento es loable, pero… vamos a llevar a ese docto compañero a la palestra para que demuestre con la práctica lo que tan bien parece dominar en la teoría. Seguramente dirá que no es necesario, que él ya lo hizo bastantes veces en tal o cual curso o academia, que tampoco hay que exagerar.

Y ahí está el problema. La “palestra” implica arriesgarse a quedar en evidencia, a fallar, a recibir un golpe en el ego, a ser expuesto. No, dejemos todo en la mesa de dibujo, no es necesario construir una torre para demostrar lo buen arquitecto que uno puede ser.

¿O si es necesario?

Juzguen Uds.

En realidad no existe eso de “quedar en evidencia”, ni “fallar”, ni “recibir un golpe en el ego”, y mucho menos “ser expuesto”. Lo que si existen conceptos como, aprender, analizar, estudiar, demostrar, adaptar, … podría llenar un par de folios con verbos de este tipo, pero creo que el concepto esta más que claro.

Cada ser humano es único, la mejor de las técnicas puede ser inaplicable, por inmejorable que esta sea, si un individuo es simplemente mas obeso que el creador de la técnica, si es más bajo, menos hábil, menos coordinado, menos rápido, menos fuerte, si las circunstancias son otras, si la situación personal varía, etc. Podría llenar otro folio más.

Cada profesional armado debe primero conocer, mediante la mente, los conceptos y formas, tras lo cual los llevará a la práctica en todas las circunstancias probables que pueda plantear, y una vez entrenado con seriedad, y esfuerzo, no lo olviden, volver a llevarlo a la mesa de estudio y análisis.

Con ese estudio y análisis posterior sacará conclusiones prácticas que le permitirán seguir con esa técnica, desecharla, o, más comúnmente, adaptarla a las circunstancias personales.

Pero todo ese trabajo no acaba ahí, en realidad todas esas fases se repiten una y otra vez, aprender, practicar, analizar, adaptar, practicar, analizar, adaptar… etc.

Teoría o práctica, la eterna confrontación, para algunos, claro. Para otros, yo entre ellos, la una sin la otra no solo no funciona, si no que no pueden existir. Para llegar a una práctica correcta es necesario “conocer” una teoría. Y para llegar a una teoría correcta es necesaria un práctica.

No es simple apoyo, no pueden existir correctamente por separado.

Con el Force on Force podemos conseguir a llevar una práctica realista sin necesidad de buscar que nos “baleen” para ello. Si conseguimos diseñar ejercicios realistas, ya sea basados en casos reales, en casos hipotéticos o simplemente en dejarse fluir por la práctica de adiestramiento, podemos estar seguros que estaremos mucho más preparados para sobrevivir a un enfrentamiento.

De otras épocas de mi vida he sacado frases como, “para aprender a navegar hay que perderse primero”, “para aprender a esquiar hay que caerse mil veces”. Ahora me gustaría añadir otra, “para aprender a sobrevivir hay que arriesgarse a recibir”.

Por supuesto “recibir” hace referencia a esos golpes en el ego que, con el Force on Force, siempre serán mejores que los que se pueden recibir ante un enfrentamiento real, y en este caso quizás sea demasiado tarde para aprender la lección.

En unos caóticos e intensos segundos el practicante de Force on Force conoce más acerca de reacciones, movimiento, uso de armas y técnicas que en casi ninguna otra circunstancia, salvo, por supuesto, un enfrentamiento real, circunstancia que como ya he dicho puede resultar demasiado tarde.

No hay que tener miedo a fallar en el Force on Force, al contrario, cuanto más se falle, más se aprenderá. Esos “fallos” significan evolución, verdadero aprendizaje y perfeccionamiento, que nos encauzarán en el camino correcto.

No sean teóricos.

No sean prácticos.

Sean todo ello y serán más.

El movimiento significa vida.

Cuídense.
"Ve a decirles a los espartanos,
extranjero que pasas por aqui,
que, obedientes a sus leyes,
aqui yacemos."
                                   Simonides.

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