Author Topic: Europa Pol?tica  (Read 17441 times)

captainccs

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Europa Pol?tica
« on: February 28, 2006, 05:18:57 PM »
TEXTO PRONUNCIADO EN EL MARCO DE LA CONFERENCIA "LE TERRORISME. CAMUS ET LA CONSCIENCE", ORGANIZADA POR MED BRIDGE, BAJO LA DIRECCI?N DE FRAN?OIS ZIMERAY.
La Conferencia se desarroll? en el Palais de Luxembourg, el dia 25 de febrero de 2006.
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LA DEMOCRACIA HERIDA.

? Soy una disidente del Islam ?. Con estas palabras Ayaan Hirsi Ali, la diputada somal? que vive bajo el jugo de una condena a muerte fundamentalista, por su lucha a favor de los derechos humanos, encabeza su ?ltimo grito a Occidente. Compa?era del cineasta asesinado Theo Van Gogh, con quien trabaj? codo a codo para denunciar la opresi?n de la mujer en el Islam, su vida est? sometida a la presi?n de una amenaza que la condena por ser mujer, por ser musulmana y por ser libre. Empiezo esta reflexi?n citando a Ayaan Hirsi Ali porqu? su lucha y su tragedia, pero tambi?n su soledad, son un fino term?metro de la enfermedad que hoy recorre nuestro cuerpo social. Met?fora de la resistencia en tiempos oscuros, disidente en periodo de pensamiento ?nico, y sobretodo testimonio, Ayaan sostiene dos luchas paralelas: contra el totalitarismo de base isl?mica, y contra la cultura del ?apaciguamiento?, en pleno s?ndrome Chamberlain, que recorre Europa. De sus palabras extraigo, como inicio de mi conferencia, esta reflexi?n que hizo en el acto de entrega del premio a la Tolerancia de la Comunidad de Madrid: "Cuando asesinaron a Theo, algunas personas en Holanda reaccionaron diciendo que si no hubiera insultado al Islam no hubiera sido asesinado. Ello pone en evidencia el estado de confusi?n en el que se encuentran los relativistas de la moral?. Relativismo moral, o, lo que es lo mismo, una enorme confusi?n de valores que hace pendular a Europa, entre el paternalismo acr?tico, el miedo servil y la dejaci?n de responsabilidades. Muchos son los s?ntomas de alarma y algunos se concentran, no en la amenaza visible del terrorismo o en su no menos aterradora ideolog?a, sino en la incapacidad de nuestros agentes sociales por mantener s?lidos los principios de la libertad. Hoy, en el mundo libre, hay miedo, pero como este es un estado de ?nimo que no nos podemos reconocer, camuflamos el miedo en alianza de civilizaciones, en paternalismo tercermundista, en cultura de la tolerancia o, directamente, en aceptaci?n del chantaje. Algunas de las derivadas m?s lamentables del conflicto de las caricaturas danesas de Mahoma, resumir?an a la perfecci?n lo que estoy denunciando.

Vayamos por partes. El corolario fundacional de Med Bridge, la organizaci?n que tiene la amabilidad de acogernos en estas interesantes conferencias, es muy claro. Quisiera recordarlo por su valor simbolico. Dicen los fundadores de Med Bridge Strategic Center: ?Europa no es ella misma si no es fiel a sus valores, y debe asumir las responsabilidades legadas por su historia.? Hablan de Oriente Medio, de un futuro europeo ligado a la paz en la regi?n, del papel que debemos asumir. Pero, en su declaraci?n de intenciones, est?n hablando del futuro global de nuestra sociedad y nuestra libertad. Ciertamente, Europa no es ella misma si no es fiel a sus valores. Pero como la historia reciente de Europa est? repleta de profundas traiciones a esos valores y a s? misma, habr? que activar todos los mecanismos de alerta. Hoy vivimos un nuevo periodo de amenaza totalitaria, heredero natural de los grandes totalitarismos que destruyeron el siglo XX, y aunque son distintas las circunstancias y la propia naturaleza del fen?meno, los retos que plantea son parecidos. El integrismo fundamentalista no es una religi?n, pero usa perversamente la m?stica religiosa. No es una cultura, pero bebe de las fuentes de una cultura global. No es una causa nacional, pero utiliza todas aquellas causas nacionales que pueblan el planeta isl?mico. Adem?s, es ferozmente antimoderno, pero usa sin complejos la tecnolog?a m?s avanzada. Como dije en su momento, a ra?z del terrible atentado del 11-M en Madrid, ?nos matan con m?viles v?a sat?lite conectados con la Edad Media?. Y aunque su coartada es religiosa, resulta ser, como todo totalitarismo, amante de la muerte. Extra?a contradicci?n: ?la defensa del nihilismo en nombre de Dios!. M?s all? de causas coyunturales, con sus motivos y sus derechos, existe una ideolog?a supranacional que ha declarado la guerra a la Modernidad. Es decir, a los principios democr?ticos que la rigen. En cierto sentido, condenando a muerte a los Salman Rushdie de nuestros tiempos, el integrismo isl?mico est? intentando degollar al propio Voltaire.

Es una ideolog?a totalitaria, pero usa las miserias y las grandezas de nuestras democracias para combatirnos, y ah? empieza el enorme reto que tenemos planteado. ?Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia?, asegur? no hace demasiado tiempo el jeque Omar Bin Bakri, y no lo hizo desde una madraza cor?nica en Karachi o en el Sud?n. Lo hizo desde su condici?n de ciudadano brit?nico, perfectamente asentado en los privilegios que le otorgaba dicha ciudadan?a. Ante este doble reto, ideol?gico y violento, que ya ha matado a miles de personas y ha fanatizado a millones, cabe preguntarse como conseguiremos mantener los principios democr?ticos y, a la vez, combatir con toda la dureza al terrorismo. Dif?cil equilibrio cuyos l?mites son imprecisos y probablemente flexibles. ?Estamos haciendo lo correcto? M?s a?n, ?estamos haciendo lo necesario? O, como ocurri? ante el nazismo y tambi?n ante el estalinismo, ?sacamos a pasear nuestro paraguas de apaciguamiento, vamos a saludar al totalitario de turno, y dormimos la siesta de los justos? Lo dije al inicio de este texto, y a ello me remito: me temo que el fantasma de Chamberlain ha vuelto de paseo.

Empezar? por lo m?s f?cil, aunque resulta bastante complejo: el terreno de la seguridad. Sin duda la democracia no puede traicionar sus principios fundamentales, sin traicionarse a si misma, pero puede activar todos sus mecanismos legales para luchar, desde la legalidad, contra una amenaza violenta. En este sentido, creo que es necesario revisar las leyes, los c?digos penales y toda la red legal que nos ampara, para descubrir qu? resquicios, qu? fisuras utiliza el terrorismo para colarse. No todo puede ampararse en el paraguas de la libertad individual, religiosa o asociativa, y el ejemplo m?s claro lo dio Francia expulsando a imanes integristas, o el propio Tony Blair alentando una ley que persigue la apolog?a del integrismo en las mezquitas. A diferencia de estos dos pa?ses, el ministro espa?ol de interior dio evidentes muestras de no entender nada cuando asegur?, en pleno debate de la ley Blair, que ?en Espa?a hay libertad de culto?. La hay, y la democracia ampara ese derecho fundamental. Sin embargo, ?qu? tiene que ver la religi?n, con la llegada masiva de imanes wahabies, profusamente pagados por Arabia Saud?, que inundan las mezquitas europeas de discursos antioccidentales y antidemocr?ticos, en un planificado proceso de colonizaci?n ideol?gica?; ?qu? tiene que ver la trascendencia espiritual de cada religi?n, con los ulemas que alientan el ritual del martirio y ense?an a amar a Dios odiando a los dem?s?; y, ?qu? tiene que ver la religi?n con el desprecio a las mujeres, su segregaci?n y su esclavitud? Una mezquita donde se reza a Al?, es un lugar de culto. Una mezquita donde, en nombre de Dios, se alaba a la muerte, es una f?brica de intolerancia, fundamentalismo y, en su ?ltima consecuencia, terrorismo. Por lo mismo, un im?n es un ser espiritual. Pero un im?n que usa su privilegiada condici?n espiritual para alentar la violencia, es un delincuente. Si la democracia quiere mantener los principios de la libertad, no puede caer en el liberalismo amoral, sino que tiene que tomar partido en contra de los enemigos de dicha libertad. Porqu? un ciudadano musulm?n de nuestros pa?ses, es una pieza fundamental de la condici?n multicultural de una sociedad libre. Pero un fan?tico integrista es, claramente, un enemigo. Las sociedades democr?ticas tienen que tener claro un principio fundamental de la democracia: que, a pesar de nuestra entra?able cultura de mayo del 68, el verbo prohibir es una garant?a. O adecuamos nuestras libertades a los l?mites que las garantizan, o, como dice el im?n Bakri, las pueden utilizar para destruirnos.

?Qu? propongo? Aquello que parece evidente y que, en poca o mucha medida, empieza a hacerse en Europa: la consideraci?n de terroristas para los ide?logos del terror y, en consecuencia, su persecuci?n legal. Es tan importante, para garantizar la seguridad democr?tica, cazar las c?lulas suicidas, como desmontar las redes intelectuales y culturales del integrismo. Redes que a menudo se alimentan de nuestras ayudas sociales, se transmutan en ong?s solidarias, se organizan en asociaciones culturales y religiosas e incluso consiguen ser los interlocutores de nuestros propios gobiernos. ?Hemos investigado, m?nimamente, las ong?s isl?micas que pueblan nuestras redes intern?uticas? ?Conocemos sus discursos antioccidentales y furibundamente antisemitas? Resulta evidente que la lucha contra el terrorismo no puede ni debe producirse destruyendo las libertades individuales. Pero resulta evidente, tambi?n, que nuestros sistemas legales contienen m?rgenes de actuaci?n que a?n no hemos explotado seriamente. Y no me refiero a actuaciones vergonzantes que recorten, innecesariamente, las libertades individuales. Pero, entre un Gu?ntamo, y el liberalismo m?s extremo, hay un campo de actuaci?n amplio, sensato y racional. Ese campo, en muchos pa?ses europeos, a?n est? inexplorado. Policialmente hemos empezado a hacer los deberes. Pol?ticamente, socialmente e intelectualmente, estamos lejos de asumir de forma prioritaria nuestra responsabilidad. Al contrario. Hoy por hoy, muchas de las pol?ticas, de las declaraciones, de las corrientes de opini?n, son, de forma inconsciente o consciente, activos aliados de la locura integrista. La famosa y m?tica frase de Martin Luther King, ?lo que me preocupa no es la maldad de los malos, sino el silencio de los buenos?, est? m?s vigente que nunca.

?Cu?les son los agujeros negros de nuestra actuaci?n colectiva? La primera irresponsabilidad, en la defensa de las libertades democr?ticas, se produce en el ?mbito de la actuaci?n pol?tica, cuyo doble rasero en funci?n de los interlocutores, ha sido letal. El ejemplo de Oriente Medio es, en este sentido, paradigm?tico. Durante a?os Europa ha criminalizado a Israel, la ?nica democracia que exist?a en la zona, ha alimentado un discurso paternalista y heroico de Arafat y, con ?l, de todos los movimientos palestinos, incluyendo los terroristas, ha impedido el control democr?tico de las ayudas occidentales, ha minimizado la ingerencia de diversas dictaduras ?rabes en el conflicto ?todas contrarias a la paz-, y, por el camino de defender intereses espurios, ha ayudado, consolidado y mimado a las diversas teocracias, ricas, fan?ticas y dictatoriales, que dominan la zona. Durante d?cadas hemos abandonado a los ciudadanos musulmanes a la suerte de los regimenes desp?ticos que los han empobrecido y fanatizado, y que no solo no los han preparado para la democracia, sino que los han vacunado contra ella. D?cadas de integrismo isl?mico oficial, estructurado, convertido en pensamiento ?nico, y perfectamente oficializado con su silla en la ONU y sus nobles alianzas occidentales, han sido el caldo de cultivo de una ideolog?a mort?fera. ?Es comprensible que cincuenta a?os de petr?leo no hayan generado ni un solo premio Nobel? M?s a?n, ?es comprensible que la tragedia de millones de mujeres sometidas a c?digos penales esclavistas, no hayan preocupado a ni un solo ministro de exteriores europeo? Y ?qu? decir de la ONU, aut?ntico blanqueador de dictaduras infames que no solo la han secuestrado en sus decisiones, sino que la han utilizado para legitimizar aquello que resulta ileg?timo? Mientras la ideolog?a totalitaria del fundamentalismo isl?mico iba creciendo en los barrios perif?ricos de El Cairo, en los suburbios de Karachi o en las barriadas lujosas de Riad, el mundo occidental enviaba estos tres mensajes letales: un dictador isl?mico es un interlocutor (no as? un dictador fascista); la opresi?n de la mujer no preocupa a nadie; e Israel es el principal culpable de todos los males. El ?mbito pol?tico no solo no ha estado a la altura del derecho internacional, sino que ha minimizado al terrorismo, ha dado cobertura al despotismo fan?tico y no ha considerado un problema que 1.300 millones de musulmanes vivieran sin democracia en el mundo. Es decir, sin educaci?n para la democracia.

Muchos ser?an los ejemplos que podr?a presentar, pero hay uno de emblem?tico. La cobertura pol?tica, como referente ?pico, intocable e incuestionable, de un l?der violento, corrupto y dictatorial que llev? a los palestinos, durante d?cadas, por los caminos est?riles de la guerra. Arafat fue el nuevo Che Guevara de la Europa post-mayo 68, y por el camino de convertirlo en m?rtir, se admiti? todo. Incluso hacer una lectura maniquea del conflicto ?rabe-israel?, criminalizar a Israel en todas sus decisiones, y abandonarla a su suerte. Ham?s es, en parte, el resultado de nuestras miserias. Y podr?amos a?adir la verg?enza de querer juzgar a Sharon, pero no investigar ni un solo crimen cometido por las dictaduras de Medio Oriente, el abandono de la tragedia de Darfur a su propia suerte, o las muchas genuflexiones que han hecho algunos pol?ticos europeos ante el conflicto de las caricaturas de Mahoma. Por ejemplo, el papel de Chirac, y ello a pesar de la enorme dignidad del periodismo franc?s durante el conflicto. O el triste papel de Zapatero, firmando un art?culo casi de petici?n de perd?n al Islam. La ?ltima verg?enza, la protagonizada por otro espa?ol, Javier Solana, cuando, en un viaje a Arabia Saud?, mientras se quemaban embajadas, se profer?an amenazas de muerte y se llenaba la calle de la abigarrada est?tica del fanatismo, pidi? que la islamofobia fuera equiparada, como delito, con el antisemitismo. El maestro Solana consigui?, con ello, dar la imagen perfecta del europeo chamberliano: en un pa?s que destruye todos los derechos fundamentales, no dijo nada de la libertad, banaliz? el antisemitismo como si fuera una versi?n cualquiera de racismo -con lo cual, banaliz? la Sho?-, y confundi? la libertad de expresi?n de unos dibujantes daneses, con la islamofobia. Es decir, acept? la presi?n violenta de los grupos fundamentalistas isl?micos, como si fuera la manera natural de debatir los conflictos. Acept?, por tanto, el chantaje. Lo peor es que con este tipo de actitudes, y bajo el pretendido paraguas de un bonito titular, la alianza de civilizaciones, estamos dejando hu?rfanos de representaci?n a los musulmanes democr?ticos. Ciertamente, alianza de civilizaciones, pero ?con quien?, ?Con el islamo-nazi Ajmadinejad, o con la diputada Ayaan Hirsi?; ?con los imanes que soliviantan las calles, o con la oposici?n democr?tica marroqu?? ?Con Tariq Ramadan, o con Salman Rushdie?

Si en el ?mbito pol?tico, no parece que estemos a la altura, el ?mbito intelectual carece de algunos de los principios que tendr?an que regir su responsabilidad hist?rica. En este sentido, el papel de los intelectuales como vanguardia del pensamiento, ha sido, en muchos casos, deplorable. Aut?nticos art?fices de la creaci?n de un pensamiento antiisrael?, han proyectado una imagen paternalista de los activos terroristas isl?micos, han confundido causas leg?timas con ideolog?as perversas y han relativizado el impacto que todo ello pod?a comportar. Es decir, no han estado, globalmente, y salvo las notables excepciones que conocemos, a la altura de las circunstancias. Es cierto que se han alzado las voces de los Glucksmann y los Alain Filkenkraut, pero tambi?n lo es que las Universidades, los pensadores pol?ticamente correctos y los foros de opini?n han preferido escuchar a los Saramagos. Unos Saramagos que lloraban con el ojo izquierdo cada v?ctima palestina en manos israel?es, pero nunca lloraron los m?s de cien mil muertos del integrismo en Argelia, el mill?n muertos de la locura fundamentalista sudanesa, los centenares de muertos palestinos en manos ?rabes, o los miles de libaneses cristianos asesinados por palestinos. Por supuesto, por no llorar, nunca lloraron ni una sola v?ctima israel?, ni globalmente jud?a. Miremos el ?ltimo y terrible caso de Ilan Halimi y el hecho, denunciado por Primo-Europe, en su carta al ministro Nicolas Sarkosy. Reproduzco un par?grafo:

? Ilan Halimi avait 23 ans. Il a ?t? kidnapp?, tortur?, puis tu?. Cet assassinat avait ?t? pr?c?d? de plusieurs tentatives d?enl?vement. 80% des victimes du gang des barbares (sans guillemets) appartiennent ? la communaut? juive, qui repr?sente 1% de la population fran?aise.Les chiffres ne laissent place ? aucune ambigu?t?, ? aucun d?ni. ?

Sin embargo, ?hemos contemplado una alarma intelectual por el creciente antisemitismo que sufren nuestras sociedades? ?Qu? hubiera ocurrido si las v?ctimas lo fueran por su condici?n de musulmanas? Determinada intelectualidad practica una indecente solidaridad selectiva.
Esa solidaridad selectiva, en funci?n de quien muere y de quien mata, es la met?fora de la traici?n intelectual. Una traici?n que ha comportado el abandono de la causa femenina, el abandono de la lucha contra la judeofobia y, lo que es a?n peor, el abandono de la defensa global de la libertad. Entre el dogmatismo antimoderno de los herederos del estalinismo, y el relativismo moral de los gur?s del pensamiento d?bil, el mundo intelectual no ha sido capaz de crear una conciencia colectiva ante el reto que nos amenaza.

?Qu? pueden hacer las democracias frente a la locura terrorista?, se pregunta este Congreso ?C?mo mantenemos nuestras libertades y, a la vez, protegemos la seguridad? Estas ser?an mis propuestas b?sicas de actuaci?n:

1.- Revisar los c?digos penales y civiles, para adecuarlos a la nueva amenaza que estamos padeciendo. Ello implica la persecuci?n legal de toda la red ideol?gica y social del fundamentalismo isl?mico, incluyendo imanes que promueven la violencia, ong?s que la exaltan y todo tipo de propaganda que aliente la destrucci?n de los valores democr?ticos. El fundamentalismo isl?mico es una forma de fascismo. Tiene que ser tratado como lo que es, una ideolog?a totalitaria que ha declarado abiertamente la guerra a la Carta de derechos fundamentales. Perseguir policialmente a los autores de los actos terroristas, y no perseguir a los ide?logos asentados en nuestras sociedades y que gozan de todos los instrumentos democr?ticos para su cruzada, es un error que estamos pagando. En este sentido, cualquier paternalismo hacia el fundamentalismo, con la sana intenci?n de proteger la multiculturalidad, es una aut?ntica irresponsabilidad. La democracia tiene que garantizar la pluralidad de culturas de nuestras sociedades. Con la misma intensidad, tiene que combatir a aquellos que usan esas culturas como coartada para imponer una ideolog?a totalitaria

2.- Considerar la lucha contra el antisemitismo como una prioridad pol?tica, intelectual y, por supuesto, policial. ?Por qu? el antisemitismo como prioridad, y no el racismo o la islamofobia o cualquier expresi?n de xenofobia? Porqu? el antisemitismo es, de todas las formas de intolerancia, la que m?s ha matado en la historia, la que ha conformado una aut?ntica escuela de odio, y la ?nica que ha sido capaz de crear una industria de exterminio. Podr?amos decir que el antisemitismo es la escuela primera de la intolerancia y que el hecho de que hoy, en el mundo, vuelva a ser un fen?meno en claro apogeo, es un indicador de la gravedad de la situaci?n. Un term?metro que avisa de la fiebre que padecemos. 1.300 millones de ciudadanos est?n siendo educados, de forma sistem?tica, en el odio a un pueblo cuya dimensi?n no llega a los 13 millones de personas. En un estudio sobre el antisemitismo isl?mico titulado ?Viaje al infierno?, que tuve el honor de preparar para el Centro Simon Wiesenthal de Par?s, lo expres? en estos t?rminos: ?el antisemitismo isl?mico ha conseguido aunar todas los lugares comunes de la judeofobia, desde los religiosos, hasta los sociales o pol?ticos, y as? se encuentran en alegre compa??a desde los mitos infantiles del antisemitismo medieval cristiano, pasando por los pol?tico-sociales de la Orjana rusa en sus ?Protocolos?, hasta los modernos del antisionismo (entendido como combate contra el ?imperialismo) o los propios mitos cor?nicos.? Son tan populares las Suras dedicadas a los jud?os, como le?dos son el ?Mein Kampf? o los propios Protocolos, y ello desde Siria hasta Malasia, desde Sud?n hasta Palestina. No solo no existe una revisi?n de los prejuicios hist?ricos, sino que personajes de siniestro pasado como el antiguo gran mufti de Jerusal?n, Haj Amin Al Husseini, amigo personal de Ribbentrop, Rosenberg y Himmler, responsable del escuadr?n ?Hanjar? que provoc? la matanza del 90% de los jud?os bosnios y responsable, tambi?n, de haber presionado a Adolf Eichman para que no pactara, con el gobierno Brit?nico, el intercambio de prisioneros de guerra alemanes por 5.000 ni?os jud?os que deb?an ser embarcados hacia Tierra Santa, y que viajaron a Polonia, son considerados h?roes ?picos. Como dice el estudioso del fen?meno Patricio Brodsky, ?el antijuda?smo en el mundo ?rabe alcanza el rango de sentido com?n?, ?ocupa un lugar central en el pensamiento hegem?nico dominante ??nico- en la totalidad de los pa?ses ?rabes, y, por la v?a de la iteraci?n de los prejuicios construida como pol?tica de Estado, va creando lentamente el consenso de que ?los jud?os no son parte de la humanidad?. De ah? resulta f?cil la educaci?n masiva en el estigma, el prejuicio y el odio a los jud?os. En la mayor?a de los casos, ese odio va de la mano del odio a los occidentales. Al fin y al cabo, ?no es el jud?o el paradigma de los valores occidentales? Y as? hemos contemplado, sin elevar ni una sola resoluci?n de condena, como la televisi?n p?blica egipcia emit?a, en pleno Ramad?n, una serie basada en los Protocolos y el mito del complot jud?o internacional, como se ense?a a odiar a los jud?os en los libros de texto palestinos que pagamos con dinero europeo o m?s cerca a?n, como en siete pa?ses europeos, se acaba de estrenar la producci?n m?s cara de la historia del cine turco, ?El Valle de los Lobos-Iraq?. Esta pel?cula, que puede verse en 68 cines en Alemania, relata hechos como el asesinato masivo de ni?os y mujeres iraqu?es para enviar sus ?rganos a Israel, en linda conexi?n con el mito cristiano medieval de los jud?os bebedores de sangre de ni?os cristianos. Protagonizada por el famoso actor turco Necati Sasmaz, relata la lucha heroica del agente turco Polat Alerndar contra Sam Marshall, un comandante de las fuerzas especiales norteamericanas que act?a como virrey de la zona. Marshall es un s?dico que no tiene reparos en asesinar, deportar y torturar a civiles con tal de imponer la hegemon?a de Estados Unidos. Uno de los compinches de Marshall es un m?dico jud?o - una especie de doctor Mengele- que trabaja en la c?rcel de Abu Ghraib y le ruega al villano que no le env?e a los prisioneros moribundos porque los necesita vivos para quitarles los ?rganos. Este libelo merecedor de un espacio de honor en la biblioteca de Goebbels, no solo es un ?xito en Turquia, sino que lo es ?en la Alemania turca! Y no parece que pase nada...
Combatir, pues, el antisemitismo tiene que ser una prioridad en nuestras sociedades, porqu? es la puerta de entrada del desprecio a todos los valores que nos representan. Aprendiendo a odiar a los jud?os, se aprende a odiar.

3.- En la misma jerarqu?a de prioridades, es fundamental fortalecer nuestro compromiso democr?tico con los derechos de la mujer, porqu? la esclavitud de la mujer es la piedra angular del discurso fundamentalista. Si, aprendiendo a odiar a los jud?os, los ni?os musulmanes aprenden a odiar los principios de la tolerancia, aprendiendo a despreciar a la mujer, son educados en el desprecio a la igualdad . Cuando la propia madre, la propia hija, la propia esposa no est? en un plano de igualdad y respeto, sino que puede ser sometida, despreciada y segregada, la sociedad se fundamenta en una honda miseria moral. El marido dominante puede ser, a su vez, el siervo dominado, y as? hasta llegar a la p?rdida absoluta de identidad. Sostengo, con convicci?n, que la misoginia isl?mica es la base de la cultura del martirio. El problema no es menor cuando encontramos, en nuestros propios barrios perif?ricos, un aumento alarmante del machismo m?s violento. No es una casualidad y va parejo al aumento del integrismo. Sin embargo, tambi?n aqu? estamos fracasando, y permitimos, con la excusa de respetar el Islam, un aut?ntico retroceso de los derechos de las mujeres.

?Qu? decir, adem?s, de la bondad con que toleramos que existan en el mundo decenas de pa?ses cuyos c?digos penales convierten a las mujeres en esclavas? ?Tolerar?amos una nueva Sud?frica racista? Y sin embargo toleramos alegremente las Arabias, las Qatar, las Iran sexistas.
No es un tema balad?, sino un aut?ntico tour de force entre el Islam y la democracia, de ah? la importancia de prohibiciones como el del velo en las escuelas francesas. Francia ha hecho algunos pasos, pero la mayor?a de pa?ses estamos permitiendo, tolerando y hasta ?comprendiendo? la segregaci?n de nuestras mujeres musulmanas.

4.- En la misma l?nea de recuperaci?n de valores, tambi?n es fundamental que nuestra prensa y nuestra intelectualidad dejen de criminalizar al estado de Israel, porqu? por ese camino lo ?nico que consiguen es enviar mensajes equ?vocos al mundo isl?mico, legitimar los discursos de las tiran?as judeofobas de la zona, y abandonar los caminos de la paz. No se est? m?s cerca de la paz minimizando el terrorismo palestino. Ni se est? m?s cerca de la causa palestina. Solo se est? m?s cerca de la demagogia integrista.

5.- Y s?, ser?a necesario presionar con m?s seriedad los pa?ses que tiranizan a sus ciudadanos y los educan en el fanatismo. El principal enemigo del Islam es la falta de libertad. Y, por ende, es nuestro principal enemigo. Entiendo que la geopol?tica no asume valores, sino intereses. Pero Europa, ?no ha sido demasiado comprensiva con la implicaci?n de Siria e Ir?n en la log?stica terrorista? ?No es demasiado indiferente con la locura sudanesa? Ni la ONU est? a la altura del momento, demasiado entretenida en demonizar a Israel como para preocuparse por unas cu?ntas dictaduras ?rabes, que secuestran su asamblea general, ni lo est?n la mayor?a de nuestros propios pa?ses. A?n no hemos entendido que Ir?n no es un pa?s ex?tico, con ideas feudales y un poco de extremismo. Ir?n, como otros pa?ses de la zona, es una gran f?brica de odio antioccidental, antidemocr?tico y antisemita. Es la Alemania nazi del siglo XXI, pasado por el tamiz del discurso isl?mico.

6.- Finalmente, ?podemos recortar derechos individuales, en materia de vigilancia, detenci?n, control, para garantizar la seguridad? Este debate, en la mayor?a de los pa?ses, est? siendo planteado en t?rminos falaces. De hecho, la democracia revisa permanentemente sus leyes para adecuarse a los retos que la sociedad plantea, y los c?digos penales se recortan o reformulan en funci?n de cada momento. ?O no hemos recortado derechos en la lucha contra el maltrato, por poner el ejemplo m?s abrupto? Si hoy tenemos una amenaza que viaja en metro o en tren, o vuela en aviones conducidos por m?quinas de matar humanas, ?c?mo no vamos a recortar algunos derechos individuales? ?C?mo no vamos a aumentar los controles y la presi?n policial? No estamos destruyendo la democracia, estamos apuntalando sus grietas. De hecho, la estamos defendiendo. Lo dif?cil es saber medir los l?mites.

"La tiran?a totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los dem?cratas?, asegur? Albert Camus hace ya algunas d?cadas. Y ah? tenemos el miedo de algunos dirigentes europeos por unos simples dibujos de Mahoma. Lejos de combatir a los fan?ticos, decidimos coartar la libertad. ?Qui?n va a dibujar, ahora, a Mahoma? Ah? tenemos a Solana hablando de islamofobia en la Arabia donde se destruyen todos los derechos fundamentales. Ah? tenemos a la bonita Rusia tomando el te con Hamas. Ah? tenemos a Kofi Annan m?s preocupado por la democracia israel? que por decenas de tiran?as. Ah? tenemos nuestras miserias al sol, y de esas miserias se alimenta la hidra totalitaria. Camus y la conciencia. De ello se trata. De recuperar la conciencia de la raz?n frente al fanatismo, la tolerancia frente al odio, la cultura de la vida frente al culto a la muerte. Y de recuperar la conciencia de nuestra responsabilidad con la libertad. Nuevamente Camus y con el finalizo:

?A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad."

PILAR RAHOLA
www.pilarrahola.com

Pilar Rahola : Palais de Luxembourg. Paris.

http://www.pilarrahola.com/1_3/ARTICLES/detall.cfm?ID=00000002P9&IDIOMA_ID=2#
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Denny Schlesinger